No recuerdo cuándo, cómo o por qué, pero desde hace tiempo sé
que me perdí, me abandoné o simplemente dejé de ser lo que era, lo que sentía y
la fuerza con la que lo hacía; me vi envuelto en una de tantas espirales que se
aventuran infinitas y desorientan a cualquiera, me encontré sólo, no porque no
hubiese nadie cerca, estaba sólo porque estaba sin mí, lo que era, lo que me
definía y lo que coloreaba la vida a la que tanto amaba.
Recuerdo recordar cómo me apasionaban detalles de la vida que
hace mucho tiempo que no salen ya de la memoria, que no pasean por mis días,
que no me acompañan porque no estoy, no existo ya, tal y cómo me conocía y a
pesar de querer volver atrás, volver a ser lo que era, no encuentro la forma
pues la solución se la llevó ese yo que ya no está, ese que ya no soy.
Cientos, miles o cientos de miles son los intentos que he
llevado a cabo para volver atrás, para avanzar e incluso para cambiar el mundo,
muchas son las noches en vela, que se reflejan en unos ojos vacíos, en las que
se buscaba sin cesar, muchas son las lágrimas ofrecidas a modo de ofrenda, pero
nada conseguí, no me encontré, nunca apareció un mínimo rastro de lo que fui,
de lo que quiero volver a ser. Sin embargo, ciertas noches en las que pierdo
también el sueño, puedo vislumbrar curiosos pensamientos, ideas abstractas
acerca de lo que fui, de lo que soy y de lo que seré y ciertas conclusiones
parecen mostrarse como soluciones a una situación enrevesada como la que vivo o
tal vez viva aquel que en un tiempo fui yo y que ahora se encuentra extraviado;
Y es que tal vez la solución no sea encontrar a aquel yo que ya no soy y nunca
seré, puede que la solución se encuentre en otro enfoque del problema, que esté
por encima de lo que fui, lo que soy y lo que seré y se centre en lo que vivo,
necesito y quiero, puede que tal vez y sólo de vez en cuando la solución sea
crear un nuevo yo en base a lo que mi corazón y mi cabeza me piden y
probablemente el desobedecer a estos dos hiciese que mi yo desapareciese de
forma definitiva.
"Nadie es el que es para siempre y ningún yo puede llegar a
recuperarse, tratemos pues de corresponder a nuestras pasiones y a nuestros
deseos, para poder disfrutar del yo que somos ahora y que nunca más seremos,
para recordar el yo que fuimos desde un nuevo yo que pronto seremos y tratemos
de ser felices abandonando la búsqueda de cualquier identidad que ya nunca
podremos llegar a ser, renaciendo desde el vacío que hay entre diferentes partes de uno mismo".
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